La respuesta corta a estas preguntas tiene 5 letras: Catar. Cuando llegamos a este país teníamos 350$ cada uno, un inglés básico y tan solo meses de experiencia en el rubro en el que íbamos a trabajar.
Pero bueno, ahora pasemos a la respuesta larga. Cuando decidimos emigrar, allá por 2021, los planes eran muy distintos a como terminaron ocurriendo las cosas finalmente. Por esos tiempos nunca habíamos ni barajado siquiera la posibilidad de emigrar a algún país árabe, pero, luego de un año de ahorrar todo lo posible, lo cual no era ni de lejos lo necesario para emigrar a Italia y para tramitar la ciudadanía, cosa que era el plan original, y con pasaje a Europa ya comprado, pivotamos y nos pusimos a buscar plan B los últimos dos meses antes del viaje. Gracias a unas entrevistas de www.yomeanimeyvos.com vimos la posibilidad de aplicar para conseguir un trabajo en medio oriente, así que comenzamos a buscar vacantes por LinkedIN en países como Emiratos Árabes, Arabia Saudí, Bahréin o el mismo Catar. Además de este post pueden ver el video de nuestro canal en este link.
La aplicación:
Preparamos nuestros CVs en inglés lo mejor que pudimos, preparamos las respuestas a las posibles preguntas que nos pudieran hacer en entrevistas y nos lanzamos a enviar curriculums a toda compañía que estuviera en el rubro de gastronomía y hotelería, que era el rubro en el que teníamos si bien no mucha, al menos algo de experiencia (unos cuantos meses), que obviamente fue inflada un poco en defensa de un bien mayor, el nuestro.
En el caso de Valentín en la primera semana de enviar CV ya tenía dos entrevistas, y le confirmaron que había pasado a la siguiente fase de la primera empresa antes de tener la entrevista con la segunda. Era para ser bartender en el restaurante de Armani en el aeropuerto de Doha, Catar. A partir de aquí tenía que enviar sus documentos y llenar unos formularios para comprobar que fuera apto para llenar la vacante. Luego de unas semanas, ya comenzaba la fase final y la más larga también, todos los tramites (permisos, estudios médicos, visas, antecedentes, documentos, etcétera).
En el caso de Mar, ella aplico unas semanas después, con una agencia reclutadora (PHRS). Al ya Valen haber quedado preseleccionado a Catar, sus búsquedas se centraron en ese país. La agencia la puso en contacto con un hotel 5 estrellas de Doha, para que fuera bartender en uno de sus bares y también logra superar sus entrevistas y quedar preseleccionada.
El salto del charco:
Como Valen ya tenía pasaje comprado a Italia, residuos del plan original de emigrar allí y tramitar su ciudadanía, decidió que en lo que se terminaba de aprobar su visado de trabajo a Catar iría de turismo y voluntariado por Venecia, Verona y Savona. Con los pocos ahorros que tenía y sin saber lo que demorarían sus documentos, a día de hoy no parece la mejor decisión. Viajo durando una semana por las dos primeras ciudades y se instaló en un voluntariado en la tercera (una muy linda experiencia, pueden encontrar más información sobre ella aquí). Al finalizar el primer mes (Valen esperaba que el proceso terminara mucho antes), no le quedo otra que rogarle al dueño del hotel para perros donde estaba haciendo el voluntariado si podía extender su estadía un mes más y por suerte no tuvo problema. Al final del segundo mes le avisaron que sus documentos ya estaban listos y que eligiera un aeropuerto desde el cual darle pasaje para ir a Catar.
Mar, en cambio, fue mucho más inteligente. Espero a que sus documentos estuvieran listos y le dieran el pasaje a Catar desde la comodidad y seguridad económica de su casa. Y a pesar de haber aplicado después de Valen, ya tenía su pasaje 15 días antes que él. También tuvo la suerte de viajar con un grupo de argentinos que estaban en su misma situación, por lo que se sintió mucho más acompañada en el proceso de dejar su país de origen.
Llegada a Catar:
Mar llego a mediados de junio y Valen llego la primera semana de Julio. A ambos nos pagaban hospedaje, el ticket de avión, transporte al trabajo y comida en este, aunque Valen, por trabajar en una empresa de Qatar Airways tenía algunas ventajas más (posibilidad de recibir un bono para pagar su propia habitación fuera de las asignadas por la compañía, bono para transporte en lugar de transporte fijo gratuito, salario superior y cientos de descuentos en empresas locales e internacionales).
Valen tuvo que esperar un mes antes de poder comenzar a trabajar, debido a que tenía esperar que su pase para entrar a la zona internacional del aeropuerto estuviera listo. Desde este mismo momento comprendimos la gran falta de lógica y sentido común que habitaba Catar. Lo hacían ir a las oficinas a esperar sentado por 8 horas por día, 5 días a la semana, sin ningún tipo de trabajo o tarea que realizar, sin Wifi que usar, solo por el hecho que que ya estaban pagando su sueldo y debía sumar horas “trabajadas”, a pesar de no poder acceder a su lugar de trabajo. En estas semanas llego a leerse más de 10 libros, su E-book le salvo la vida.
Mar a los 3 días de llegar, y luego de terminar los documentos necesarios ya se encontraba trabajando en su nuevo puesto y compartiendo villa con su nuevo grupo de amigos formado por otros argentinos y latinos que como nosotros habían recién llegado.
La experiencia de trabajar en Catar:
Creemos que podría dividirse, a grandes rasgos, en dos grupos, cosas positivas y cosas negativas. A Catar no se le da muy bien eso de mantenerse apartado de los extremos. Dentro de lo bueno que no dio podría haber cosas como:
- La oportunidad de emigrar y salir de Argentina sin contar con grandes ahorros (Valen tenía solo $350 cuando aterrizo en Doha), sin un buen manejo del idioma (nuestro inglés cavernícola estaba a kilómetros de poder considerarse bueno), con escasa experiencia laboral (la mayoría de trabajos suelen pedir alrededor de 2 años de experiencia previa).
- La capacidad de ahorro: al tener casi todas las necesidades básicas pagas, si bien los salarios no eran muy altos (entre $500 y $1200), si no te dabas muchos lujos (cosa que es sumamente cara en Doha) es posible que ahorres la mayor parte del salario.
- La oportunidad de conocer personas y hacernos amigos de gente de todo el mundo. Si bien nuestro grupo más cercano estaba formado por argentinos, aún a día de hoy tenemos contacto con colegas de India, Marruecos, Indonesia, Kazajistán o Kirguistán. Países que con suerte habíamos escuchado antes y, que gracias a esta experiencia y los amigos que hicimos pudimos probar una cucharadita de sus desconocidas y variadas culturas.
- Mejorar nuestro inglés: Como bien dijimos cuando llegamos teníamos un inglés poco más que básico, suficiente para hablar a lo cavernícola y hacernos entender no sin antes tener que repetir varias veces las cosas. Por suerte con el mismo pasar de los meses y su uso constante (en el caso de Valen, su ámbito de trabajo no había ningún latino ni europeo, por lo que no le quedo otra que practicarlo al máximo) el idioma se desarrolló de forma rápida y para los 2 o 3 meses ya podíamos hablarlo de forma fluida.
- Embellecer nuestros CVs: Entre la experiencia ganada en empresas ultra reconocidas mundialmente, de categoría internacional, y el buen manejo del inglés que ya teníamos, nuestros curriculums vitae ya tenían muy poco que envidiar y ya permitirían abrir otras puertas en diversos destinos en el futuro.
- Vivir el mundial 2022: Haber podido vivir en mundial y ver a Argentina campeón del mundo después de 36 años en el mismo lugar de los hechos, a pesar de no ser grandes fans del fútbol, es una experiencia que nos marcara para toda la vida. Podría escribir un montón acerca de cómo se vivió y se sintió, así que creo se merece su propio artículo.
Si bien estamos super agradecidos por todas las oportunidades y cosas buenas que nos dio Catar, tenemos también que advertirles de las cosas malas que, en nuestra opinión, tuvo esta experiencia:
- Horarios de trabajo: Cabe recalcar que esto varia de empresa a empresa. Si bien en general suelen ser condiciones de trabajo arduo. Para Valen eran 10 horas de trabajo fijas, 5 días a la semana, horarios rotativos. Mar tenía 8 horas fijas por día, 6 días a la semana, más horas extra, horarios fijos. Sumándole entre una hora y una hora y media de transporte de y hacía el trabajo por día. Lo que te deja con solo 12 horas al día para dormir, comer y actividades recreativas.
- Las condiciones de Alojamiento: En el mejor de los casos tenías dos opciones (en la mayoría de empresas no), tener una casa en una villa alejada de la ciudad, compartida con entre 4 y 16 personas, habitación compartida con 1, 2 o hasta 3 personas más. La otra opción, a la que Valen pudo aplicar, era que la empresa te diera un bono de determinado monto según tu rango en la empresa para que alquilarás un lugar por tu cuenta. Esto con suerte alcanzaba para una habitación de un metro y medio por dos metros, y salvo que tuvieras mucha suerte, sin ventana; en un piso compartido en el que seguramente hubiera problemas con cucarachas (super comunes por las condiciones climáticas de Catar). Eso sí, la ubicación podía llegar a ser algo más céntrica que las villas, tenías menos reglas que seguir y tenías habitación para vos mismo, tus tres metros cuadrados de privacidad. Valen se tuvo que mudar 3 veces en 2 meses antes de encontrar algo aceptable.
- Convivir con una cultura y religión TAN distinta como la árabe islámica: Si bien pensamos que por supuesto nosotros, como invitados, debíamos de respetar su cultura, esto no iba a ser nada fácil. Es islam nos pareció super restrictivo como pareja y hacía la mujer, y eso que Catar esta entre los países árabes más laxos. Había que vestir pantalones y mangas largas a pesar del calor que hacía, no agarrarse de la mano, no besos en público, Valen no podía invitar mujeres a su piso o habitación y Mar hasta casi al final, tampoco hombres a su villa; no podías alquilar una habitación en un hotel sin estar casados y obviamente no podías usar maya en las playas públicas. Fue una crisis y condiciones bastante duras las que debimos superar como pareja.
Acerca de la ciudad: Doha, Catar.
Hablando un poco más de la experiencia no referida al trabajo, lo primero que se nos viene a la mente mencionar es el clima y la temperatura. Nosotros llegamos en Julio, pleno verano, al salir del aeropuerto y hacer 30 metros las valijas ya tenían gotas de condensación, nunca nos vamos la olvidar como nos sorprendió eso. 48°C de sensación térmica y 90% de humedad, 35°C a la noche, para Valen que es team invierno, probablemente así describiría el infierno. Pero bueno, dirán que solo es cuestión de pasar el verano, el problema es que el verano son casi 10 meses del año y el “invierno” solo los 2 restantes. Eso sí, en invierno la temperatura es ideal, templado alrededor de 20°C. En verano no podés caminar más de 100 metros sin estar completamente mojado en sudor y transpiración, lo que nos lleva al siguiente tema.
Debido a la temperatura, la gente transpira mucho muchísimo, es lo normal y esta normalizado. Por lo que lo más común es sentir olor a sudor donde quiera que vayas. Lo que se ve agravado por la genética de la gente, podemos confirmar que no es solo un mito que indios y árabes sudan más y de forma más olorosa que nosotros lo que, por supuesto no es su culpa, pero es un hecho y nos vemos en obligación de contarlo.
Ser argentino o brasilero es también una gran ventaja en estos países debido a la gran devoción que los países árabes o India tienen a nuestras selecciones. La mayoría de las veces decir que venir de Argentina puede ganarte fácilmente un descuento en algún puesto del mercado, una felicitación o incluso en casos extremos un trago por parte de un extraño en un bar (nos ha pasado a ambos en algunas ocasiones, pero si sos mujer es mucho más probable). Te van a sacar charla, quieren conocer más sobre nuestra cultura y que se siente ser argentino.
El catarí en general no suele ser muy listo, ellos tienen dinero para solucionar cualquier problema que les aparezcan, no necesitan pensar. También suelen ser hipócritas, referido sobre todo a su religión y las enseñanzas que siguen, si bien se dice que no pueden tomar alcohol, fumar u consumir otras drogas y ellos van a hacer ver que cumplen a rajatabla estas reglas en público, pero, apenas entran en un ámbito más privado son los primeros en consumir alcohol y toda clase de drogas sin límite ni control. Las mujeres pueden ser super celosas y envidiosas de mujeres de otras nacionalidades, por miedo a que estás se “roben” a sus hombres. Los locales a pesar de tener 85% de personas extranjeras viviendo en su país pueden ser bastante racistas con depender que cultura, si sos argentino o brasilero van a tratarte como un enviado de dios, pero si por ejemplo sos indio, de Taiwán o Bangladesh entre otros países, para algunos cataríes vas a ser poco más que un esclavo o cosa hecha para servirle. Y ojo con cometer algún error en su orden porque la bronca que te va a venir va a ser colosal.
Los cataríes solían ser sumamente pobres hace tan solo 50 años, pescaban perlas para sobrevivir y, de la nada, en pocos años se volvieron millonarios con el petróleo. Por lo que todo el dinero se le subió rapidísimo a la cabeza. La mayoría no conoce la humildad. Lo único que les importa es la apariencia, la marca y los lujos. Casi todas las mujeres tienen operaciones plásticas, muchas muy exageradas, buscando alcanzar una “perfección” por medio del dinero que siempre se les escapa.
Pasando ahora al tema de atracciones y entretenimiento. ¿Qué hacer en Doha, Catar? Primero debemos aclarar que no hay mucho que hacer en lo que no vayamos a gastar dinero, ya que las principales atracciones gratuitas de la ciudad son shoppings, ferias o paseos de compras, así que cada salida algún mínimo de dinero nos costará. Como pocas salidas que podemos hacer de manera gratuita, podemos pasear por Corniche, por parques como MIA Park o Al-Bidda Park, o por playas públicas como Katara y, si somos residentes, los museos suelen ser gratis, además por supuesto de la gran biblioteca de Doha (de la que tienen más información en este video).
Entre los shoppings que podemos visitar están el Villaggio o el City Center, entre muchísimos otros. También podemos ir a pasear por el Souq Wakif, la zona de escaparates y mercado tradicional, muy lindo para dar un paseo en el atardecer o noche. Ir a tomarnos un café a la zona de Katara. Ir a la playa privada de algún hotel 5 estrellas a pasar el día, como puede ser el Hilton o el Sharq Village. También suele haber parques que se arman por temporada de invierno o verano, cerca de Lusail. Y por supuesto la excusión en 4×4 por el desierto al amanecer o atardecer y paseos en camello.
Otro de los grandes retos debido a la religión Islámica es encontrar un lugar donde poder disfrutar una copa o cerveza y que no te arranquen la cabeza. La única opción para conseguir alcohol de forma legal como turista es ir alguno de los bares de hoteles habilitados, que en general tienen precios bastantes elevados (alrededor de $12-15 la cerveza más barata y los tragos arrancan de $20). Si tienen algún conocido con licencia para comprar alcohol, puedes pedirle a este que saque un turno para ir a comprar a alguno de los dos puntos habilitados del país, lo que igual no significa que vaya a ser más económico. Nosotros sobrevivíamos a base de exprimir los descuentos que nos daban del trabajo lo máximo posible.
Por último, una de las cosas que más nos gustaba de Catar. Esto era su sistema de trasporte, ultra económico y bastante eficiente. Por un lado, está el Metro, el cual cuesta la módica cantidad de 4 Riales cataríes, lo que vienen siendo unos 25 centavos de dólar o euro. Además de esto solo hay 3 líneas de metro, pero están muy bien dispuestas, por lo que viajar por la ciudad se vuelve super cómodo y eficiente. En el raro caso de que no puedas llegar a tu destino por metro, puedes usar una de las muchas líneas de buses o, incluso tomarte un Uber a partir de tan solo $2. Hasta el día de hoy seguimos sorprendidos con los costes de transporte y combustible que tenía el país, más incluso ahora si se quiere debido a que viajamos y comparamos mucho más con otros destinos.
Conclusión:
A pesar de todas las cosas que no nos gustaron del país y su gente, queremos también recalcar las buenas. La oportunidad única de emigrar casi sin nada, de comenzar una vida de cero. Catar fue para nosotros la puerta que nos abrió la posibilidad de recorrer el mundo y emigrar a otros países. La oportunidad de vivir un mundial de fútbol y más aún uno en el que tu selección sale victoriosa. Los amigos y contactos que nos dio alrededor de todo el globo. La experiencia y la práctica del idioma. Por todo esto y mil cosas más le estamos muy agradecidos a Catar y creemos que puede ser una opción válida para emigrar para todos aquellos que estén cortos de otras opciones. Para más información sobre este y otros destinos no duden en seguirnos en nuestro canal de YouTube.